Historia de la hipnosis

Ambroise Auguste Liébeault (1823-1904) fue un lector entusiasta de los trabajos de Braid. Tras graduarse como médico, se establece cerca de Nancy, donde empieza a probar terapias hipnóticas, aunque se definía a sí mismo como un sanador.

En 1864 publica el libro Sueño y sus Estados Análogos, considerado el primer intento serio de realizar un estudio científico sobre la hipnosis, eliminando prejuicios sobre el tema.

Se le considera el fundador de la escuela de Nancy, pues luego de pasar desapercibido durante muchos años, su trabajo, tras el interés mostrado por Bernheim, logró suscitar una gran atención y reunir a numerosos discípulos.

Hipólito Bernheim (1837-1919) también estudió medicina y se instaló en Nancy.

Tras su encuentro con Liébeault, descubre los fenómenos hipnóticos. En 1884 publica Sobre la Sugestión en Estado Hipnótico y en Estado de Vigilia, que en una segunda edición se titula Sobre la Sugestión y sus Aplicaciones Terapéuticas.

Vigilia

Bernheim practica la hipnosis en estado de vigilia, ayudado sólo por sugestiones, aunque también señala que es posible la hipnosis en un estado de semi-sueño. Junto a Liébeault funda la Escuela de Nancy.

Emile Coué (1857-1926), psicólogo y farmaceuta francés, desarrolló un método de sanación y desarrollo personal basado en la autogestión. Sin duda, podría considerársele el precursor de la autohipnosis. Solía entregar los remedios acompañándolos de frases positivas sobre la pronta recuperación de los pacientes, lo que le llevó a descubrir el efecto de las palabras en el proceso de sanación.

Coué estima que nuestro inconsciente determina nuestro estado físico y mental, y que podemos actuar sobre él por medio de la imaginación.

La autogestión es un ejercicio de imaginación relacionado con nuestro bienestar.